Más ruido que nueces en las fusiones de las telecos españolas: las negociaciones aún están muy verdes
Mucho ruido y pocas nueces… de momento. Así se podría resumir la ensalada de especulaciones que está llenando las páginas de la prensa económica en los últimos días respecto a posibles movimientos de fusión y compras en el sector de las telecomunicaciones español, que vive una situación delicada por la intensa batalla de precios y la necesidad de destinar una ingente inversión al despliegue del 5G en los próximos años.
Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, aunque existen contactos entre operadoras para analizar posibles combinaciones que permitan captar sinergias, el proceso se encuentra en una fase muy preliminar y no hay nada concreto. Han sido diferentes los engranajes contemplados: una operación entre MásMóvil y Vodafone, una fusión al 50% entre MásMóvil y Orange, y una absorción de MásMóvil por parte de Orange. La yenka, casi.
Sin embargo, sí es cierto que en las conversaciones que ha mantenido este diario con múltiples fuentes del sector hay conclusiones claras: MásMóvil, actualmente cuarto operador del país por número de clientes, quiere crecer y cuenta con el respaldo de los fondos que controlan su capital -KKR, Cinven y Providence -, que tienen vocación de permanencia y de crear valor para la compañía, ya sea orgánicamente o a través de adquisiciones; Orange, que atesoraba la segunda red más importante de España, con 16,1 millones de hogares con fibra al cierre del tercer trimestre de 2021, quiere seguir también impulsando su tamaño dentro de una visión europea; Vodafone se percibe como una operadora que ha perdido comba en el mercado español, mientras surgen rumores sobre la posible venta de su filial italiana a Iliad, reforzando la idea de que podría buscar socios en ambos países para apuntalar su negocio; y Telefónica se limita a tener un papel meramente observador desde la atalaya de su liderazgo en España, esperando a beneficiarse de cualquier integración que mitigue la agresiva guerra comercial.
Dentro de ese reparto, MásMóvil tiene adjudicado el papel de «acelerador de la consolidación». Goldman Sachs, su banco de referencia -ha trabajado sistemáticamente con este operador tanto en procesos de refinanciación como con la llegada de los fondos-, le asesora actualmente para «analizar movimientos de consolidación», según señalaron fuentes del mercado, aunque el banco de inversión estadounidense declinó hacer comentarios al respecto.
Otras fuentes confirmaron a OKDIARIO la semana pasada que los fondos que controlan el capital de MásMóvil mantienen discusiones con Vodafone de cara a una posible fusión con su filial española, pero por ahora «no hay nada sobre la mesa». Cada uno de ellos cuenta con un 33% en la operadora que dirige Meinrad Spenger y quieren participar en la gestión de MásMóvil, acompañando su crecimiento, en línea con la voluntad mostrada cuando lanzaron la opa en junio de 2020 sobre la empresa, agregan. Eso invita a pensar en que buscan una compra y no una venta del negocio.
Por su parte, el consejero delegado de Vodafone, Nick Read, recientemente reconoció que la operadora tiene conversaciones con varios actores del mercado español para fusionarse, pero no habló de negociaciones concretas con MásMóvil. La irrupción de Orange en las quinielas, que la acercan a una operación con esta última, se ha interpretado en distintos sectores como «un juego artificial» por parte de KKR y los otros dos fondos con el que presionar a Vodafone para cerrar la transacción, ya que, de lo contrario, quedaría muy relegado en España.
«Puede que haya resistencia por temas de encaje» entre MásMóvil y la compañía británica, indica una de las fuentes, en referencia a posibles discrepancias sobre el precio o el formato de la operación, que podría tener efectos sobre la reputación de Vodafone si, a efectos prácticos, se percibe como una salida del mercado español si el mandato de la entidad resultante recae más en MásMóvil, en el caso de que sea una compra y no una fusión.
Asimismo, Vodafone, que el año pasado realizó un ERE para 400 empleados, podría preferir una especie de fusión entre iguales, que fortalecería su posición en España con un operador local emergente como MásMóvil, alzándose el grupo combinado como segunda teleco del país y evitando así que la unión sea lesiva para su imagen. En el seno de esa integración, Vodafone podría justificar con argumentos más sólidos un recorte de plantilla producto de las sinergias entre ambas compañías.
Tirios y troyanos
Dicho esto, las fusiones amistosas pueden ser una tarjeta de presentación atractiva, pero lo que subyace detrás es una empresa que tiene la necesidad de comprar y otra de ser comprada, por no hablar de los personalismos de los directivos, que suelen complicar estos procesos. «Son operaciones difíciles de que fructifiquen, llevan mucho tiempo en negociarse», señala Iván San Félix, analista de Renta 4.
Ese mismo razonamiento podría aplicarse a la especulación que apuntaba a una integración de MásMóvil y Orange al 50%. Mientras que MásMóvil tiene una deuda de 6.500 millones y una facturación de 3.000 millones de euros, Orange no tiene deuda y sus ventas ascienden a 5.000 millones e invierte en redes el 20% de lo que ingresa -1.000 millones- todos los años. En el mercado son escépticos con esa ecuación por motivos de escala y se vería más lógica un proporción del 70% para la francesa y del 30% para la española. Si finalmente se lleva cabo en términos paritarios, la operación podría llevar aparejada una cláusula por la que en un periodo de tiempo Orange compraría una participación adicional, apuntan las fuentes. En el sector entienden que lo normal es que los tamaños se adecúen al peso y las cargas de las compañías.
Asumiendo esa tesis, aunque la entrada de KKR en el capital de Orange reduciría su voz al contar con una participación menor en el grupo, también podría ser una palanca de crecimiento en su estrategia voraz por hacerse con activos de fibra europeos. En otras palabras, podría usar una táctica al estilo «caballo de Troya» mediante la que el fondo podría ir aumentando gradualmente su porcentaje en el accionariado. Al final, alcanzaría el mismo objetivo que fusionándose con Vodafone: controlar una operadora relevante del tablero europeo, tal y como pretende hacer con Telecom Italia tras ofrecer cerca de 11.000 millones de euros por la compañía.
De momento, ni MásMóvil, ni Vodafone, ni Orange han querido comentar a este diario sobre toda esta aparente frenética actividad de M&A. «Callaron todos, tirios y troyanos», empezaba diciendo el Libro Segundo de La Eneida de Virgilio, en alusión a los dos pueblos que en la antigüedad rivalizaban atrozmente por la hegemonía del Mediterráneo. Tampoco los fondos se han pronunciado. Lo que impera es el estridente ruido del silencio, seguramente porque pocos tienen la certeza de la estructura de las operaciones que puedan materializarse, ni tampoco de los actores que intervendrán.
Quizá sea demasiado pronto aún para vislumbrar el posible desenlace, aunque, aseguran algunas fuentes, «hay lío» entre las operadoras. Como advertía Otto von Bismarck, estadista y político alemán y una de las figuras clave de las relaciones internacionales durante la segunda mitad del siglo XIX, «cuídate de los que sólo ven desorden en el ruido y paz en el silencio».